Motos de agua, una de esas cosas estupenda cuando la disfruta uno y odiosa cuando la disfrutan los demás. En Dubái el asunto está más controlado, pero Sharja es territorio pirata. En la orilla de Al Mamzar, uno de los curiosos entrantes de mar en la ciudad, se disponen un montón de tenderetes donde se puede negociar el alquiler de uno de estos vehículos sin asegurar a bajo precio. En caso de percance con daños, reales o supuestos, está asegurada una buena cantidad de tiempo de discusión, regateo e incluso intervención policial. El pan suyo de cada día para estos tratantes, que tienen tanto negocio en el alquiler en sí como en el cobro abusivo de daños a turistas que necesitan la devolución de su documentación.