Entramos ya en el Ramadán, y van tres. El Ramadán es tan positivo, negativo, edificante o ridículo como uno quiera verlo, como cualquier otra convención religiosa o social. Pero desde luego no es asunto para el español medio, el que se levanta con el tiempo justo y toma un café a toda prisa para ir a trabajar. Y menos en verano. Así pues, si se puede hay que salir por piernas. Este año se puede, así que vamos a aprovechar para ver algo más de mundo. Indonesia siempre estuvo ahí pendiente, y aunque es mayoritariamente musulmana, Bali, la isla más accesible y con más facilidades, es hindú (a su manera). Muy turística pero con alicientes de sobra. Pinta bien, vamos allá; los refuerzos están de camino.