Las Filipinas se encuentran en la zona de mayor biodiversidad marina del planeta, y lo bueno es que es muy fácil de constatar y disfrutar. A los diez minutos de meter la cabeza en el agua ya tiene uno visto un centenar de especies distintas, y ya puede tirarse horas, que siguen apareciendo bichos nuevos y sorprendentes.
Subir y documentar la cantidad de fotos de especies distintas tomadas llevaría días. Algo habrá que hacer, porque uno de los grandes alicientes de perseguir bicherío por los fondos es la posterior documentación, donde siempre se aprenden cosas fascinantes. De momento me limito a reflejar un detalle significativo: mientras que en otras zonas de arrecife coralino es normal ver una única especie de pez de anémona (género Amphiprion), aquí en un rato y en la misma zona te puedes encontrar un buen número de combinaciones de especies de anémonas y pececillos.