Dentro de la enfermiza obsesión del serecillo humano por dictar normas de comportamiento en nombre de la religión, de la tradición, de la moral o de algo, y en concreto qué partes del cuerpo tienen derecho a oxigenarse y cuáles no, destacamos hoy la entrañable obligatoriedad de cubrirse el pelo (y lo demás) para toda mujer que pisa territorio iraní. Nada más llegar al aeropuerto, las féminas son obsequiadas con atavíos que les permiten observar esta norma. También es cierto que luego se ven algunas desvergonzadas por ahí con medio flequillo al aire. Van provocando y luego pasa lo que pasa.
Vemos aquí una occidental en una actitud casi pornográfica. Hemos censurado la foto, originalmente bastante subidita de tono, para evitar problemas.
Vemos aquí una occidental en una actitud casi pornográfica. Hemos censurado la foto, originalmente bastante subidita de tono, para evitar problemas.