El método más común de pesca por estos lares es el empleo de garagir, trampas antiguamente hechas con hojas de palmera, cómo no, y ahora con acero galvanizado importado. Ya son de tamaño considerable las empleadas en pequeñas barcas para aguas costeras, y las empleadas en dhows para aguas profundas son mucho mayores aún. Se sueltan los garagir (singular: gargoor) al atardecer y al cabo de unos días se vuelve temprano a recoger la pesca. Un problema asociado es la llamada "pesca fantasma", provocada por las muchas trampas que se pierden y se quedan en el fondo atrapando peces para nadie y tardando del orden de ocho meses en descomponerse. Muchas de ellas son abandonadas por pescadores que no las señalizan con boyas para evitar robos y después no son quiénes a localizarlas. Existen desarrollos de trampas de estas con tirantes que se degradan pasado cierto tiempo.