La excursión al poblado abandonado, a la par que excelente sabor de boca, nos deja tiempo suficiente para emprender alguna otra actividad por la tarde. Por ejemplo, recorrer el propio wadi desde Al Hajir; recorrido que termina en el también remoto poblado de An Nakhur, accesible sólo caminando por el wadi. Aquí tenemos un caso digno de reflexión: existía una pista -en el límite de lo que algo puede considerarse transitable- comunicando ambos pueblos. Muy probablemente su condición no permitía soportar el aumento de tráfico derivado de que este recorrido empezara a aparecer en las guías de rutas, y el deterioro acabó haciéndola intransitable. Sin comerlo ni beberlo, los habitantes de An Nakhur quedaron incomunicados. No sé si ocurrió así o no, pero apostaría bastante a que sí.