Quedé yo con las ganas de un chapuzón en Marjan Beach con buena luminosidad, así que lo intenté antes de regresar a Dubái. Nada, más turbia que nunca. Pero siempre se ven cosas interesantes; si no es dentro del agua es fuera. En este caso estos blenios tan salaos tomando el sol tan ricamente en la zona de rocas afectada por las salpicaduras del oleaje, y saltando de roca en roca cuando se asustaban (por mi causa, mayormente), pero sin tirarse al mar salvo en último extremo. De mucha risa el asunto. Peces con fobia al mar ya me parece rizar el rizo.
Y de postre un par de cabrachetes ("stonefish"), que vaya usted a saber a qué especie pertenecen; yo con reconocer que son animales me doy por satisfecho. Lo bueno de la mar turbia es que te obliga a fijarte en lo que tienes cerca. Y lo bueno de los Scorpaeniformes es que se están quietos, así que todavía se puede ir uno con alguna foto decente. Y lo malo, que si los pisas igual te quedas en el sitio; su veneno es de los más potentes.
