lunes, 24 de octubre de 2016

Memorias sultanatas: costa oeste de Dhofar.

Tirando desde Salalah hacia la frontera con Yemen destaca en primer lugar la larga y hermosa playa de Mugsayl, donde ya se pueden ver delfines zascandileando cerca de la orilla, y que culmina en una zona donde existen algunos bufones al estar el terreno comunicado con las aguas que el mar bate por debajo (esto durante el kharif tiene que ser digno de ver). Luego la carretera traza unas cuantas revueltas para subir hasta 1000 metros y a partir de ahí discurre en altura por la parte superior del acantilado. Contados y largos accesos nos permiten bajar a calas remotas o a pueblos marineros como Rakhyut o Dhalkut, a través de un paisaje de una exhuberancia inimaginable en el resto de la península arábiga. Por la noche hay que tener cuidado porque la carretera está plagada de dromedarios y mini-vacas que rara vez muestran disposición de apartarse.