25°57'14.63"N
56°11'7.61"E
La ascensión a Jabal Bil Ays va tonteando por la frontera entre los Emiratos Árabes y Omán. El camino parte de la desmesurada carretera que se está construyendo con fines turísticos para subir a Jabal Jais, el punto más alto de los Emiratos, en una zona en la que el jeque de Ras Al Khaima tiene un chalecillo de verano con su modesto helipuerto. Pero el Jabal Bil Ays es omaní por los cuatro costados. La excursión va dando vista primero a un circo limitado al otro lado de la carretera por imponentes paredes verticales; más adelante se asoma a las espectaculares caídas hacia Ras Al Khaima, por donde asciende de forma inverosímil una famosa y peligrosa ruta que se ha dado en llamar "Stairway to heaven"; y ya llegando a la cumbre se descubre el impresionante paisaje lunar que se abre a sus pies, 600 metros más abajo. Además tiene el aliciente de que pasa por un mirador construido al final de uno de los paseos de la citada finca, pero ya fuera del recinto que la limita; así que en verano al atardecer, si tienes suerte y a poco que sepas decir en árabe "parece que refresca", puedes entablar amistad con el jeque.
56°11'7.61"E
La ascensión a Jabal Bil Ays va tonteando por la frontera entre los Emiratos Árabes y Omán. El camino parte de la desmesurada carretera que se está construyendo con fines turísticos para subir a Jabal Jais, el punto más alto de los Emiratos, en una zona en la que el jeque de Ras Al Khaima tiene un chalecillo de verano con su modesto helipuerto. Pero el Jabal Bil Ays es omaní por los cuatro costados. La excursión va dando vista primero a un circo limitado al otro lado de la carretera por imponentes paredes verticales; más adelante se asoma a las espectaculares caídas hacia Ras Al Khaima, por donde asciende de forma inverosímil una famosa y peligrosa ruta que se ha dado en llamar "Stairway to heaven"; y ya llegando a la cumbre se descubre el impresionante paisaje lunar que se abre a sus pies, 600 metros más abajo. Además tiene el aliciente de que pasa por un mirador construido al final de uno de los paseos de la citada finca, pero ya fuera del recinto que la limita; así que en verano al atardecer, si tienes suerte y a poco que sepas decir en árabe "parece que refresca", puedes entablar amistad con el jeque.