sábado, 5 de diciembre de 2015

Memorias sultanatas: Wadi Bani Khalid.

 22°34'18.51"N
 59° 5'45.33"E

La zona más interesante de las Hajar este es probablemente el Wadi Bani Khalid; un cauce que, contrariamente a lo normal, mantiene caudal de agua durante todo el año. Lo cual le hace gozar de gran popularidad, porque además está plagado de pozas, surgencias, cuevas y otros puntos de interés. 





Por ejemplo, las pozas de Muqal, de gran aceptación popular por su tamaño, instalaciones y accesibilidad, a cinco minutos del aparcamiento. El populacho viene aquí a pasar la jornada pertrechado con esterillas, cacerolas y todo tipo de material pesado de picnic. Sin embargo el camino de acceso no es del todo llano, así que la muchachada del pueblo se aposta en el aparcamiento con carretillos para ayudar con la carga a cambio de unos baisas.


Cañón arriba se encuentra la cueva de Muqal, accesible a través de un orificio de reducido tamaño a través del cual hay que reptar un trecho para meterse en las entrañas de la peña. He de decir que me dio bastante respeto el asunto yendo solo y decidí centrarme en la exploración a cielo abierto.




Más abajo el wadi se convierte en un auténtico palmeral y la carretera llega hasta Bidah, pueblo pintoresco donde los haya (sobre todo una vez eliminados con Photoshop los cables del tendido eléctrico).




Y de ahí hacia abajo es posible recorrer íntegramente el wadi buscando camino entre las pozas. De hecho, me crucé con un grupo haciendo la ruta ascendente por el agua equipados con escarpines y neoprenos. El recorrido se puede incluso continuar pasando hacia la parte norte de las montañas y conectando con el Wadi Tiwi, ya en la costa, en dos o tres jornadas.